domingo, 6 de noviembre de 2011

ALERTA DE HALLOWEEN

 El comportamiento de un cristiano
Está dicho con toda dureza en el Apocalipsis:
"Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad. Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira." (Apocalipsis 22, 14-15)
Desde el Antiguo Testamento, Dios advierte que no deben imitarse a los paganos que promueven lo diabólico, y sí en cambio hay que entender que Dios ha dado cosas diferentes (Deuteronomio 18, 9-14). En la noche del 31 de octubre evite el simbolismo estrechamente asociado a lo pagano.
Halloween es un evento satánico, no hay que dar rodeos. No es "neutro", porque el mal no es neutro. Es necesario que usted tenga claro de qué se trata. Si usted piensa en ese día para algo especial con los niños, no lo llame "Halloween", sino de otra manera. Y explíqueles a los niños de qué se trata, con el fin de que tenga claro que debe evitarse esa noche. No enseñe a los niños que el mal es un juego, acláreles por el contrario las cosas y no deje que se disfracen de nada diabólico.
"Al que haga caer a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que le amarraran al cuello una gran piedra de moler y que lo hundieran en lo más profundo del mar." (Mt 18, 6)
No voy a decir que usted no haga algo especial con los niños la noche del 31 de octubre, pero sí le sugiero que evite simbología macabra que atraiga a los niños hacio lo malvado, y en su lugar use elementos tales que sea una celebración infantil, no de otro tipo. Es decir NO celebre halloween, sino que haga algo que no tenga nada que ver con esa fiesta pagana. Los disfraces que sean infantiles de verdad, con el rostro descubierto si es posible. Hay quienes sostienen que disfrazarse es diabólico, pero no olviden que el problema no es un disfraz sino lo que se hace con este; en este sentido, en el Nuevo Testamento, el término en griego que usa San Pablo al decir que los servidores del diablo y Satanas mismo se disfrazan , es el mismo término que en sentido positivo está en Filipenses 3, 21 (lo que critica Pablo es cambiar solamente en apariencia, no de fondo, o de mostrarse como no se es para engañar y hacer daño).
Sea enfático con los niños: ninguna fuerza maligna los puede tocar
Los niños son muy susceptibles. Hágales entender que lo maligno no los puede tocar porque Jesús es más poderoso. Jesús mismo lo dice:
"Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen,  y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano.  Aquello que el Padre me ha dado lo superará todo, y nadie puede arrebatarlo de la mano de mi Padre.  Yo y el Padre somos una sola cosa.” (Juan 10, 27-30)
Usted mismo interiorice esta convicción y deje de pensar en que cualquier bobada podrá afectar su alma. Esa forma de pensar es signo de debilidad, y si usted la transmite a los niños los volverá débiles, y además propicia que las personas se excusen en otros para cometer sus propias maldades (" es que el diablo me hizo hacer tal o cual cosa..." dicen algunos para excusas su conducta). No olvide esto: cada quien responde por lo que hace (Romanos 2, 6).
Sea conciente de que halloween es un día en que hay que tener cuidado
Esa noche tenga precauciones. Realmente pueden pasar cosas malas, y no solamente porque hay personas que adoran el mal, eso no es un mito (lea un testimonio de un exsatanista). Sobre consejos para esa noche busque consejo experto, no cualquier información que circule por ahí. Por ejemplo, lea los consejos de la American Academy of Pediatrics para la noche del 31 de octubre si va a salir con sus hijos a pedir dulces.
El origen de "halloween"
Hay dos noches especiales para la brujería: el 30 de abril y el 31 de octubre. Ambas noches corresponden a celebraciones celtas. La primera es la noche de walpurgis ("Beltaine" era la fiesta celta del día siguiente), la segunda -más mentada- es halloween.
La palabra halloween es una contracción de una frase en inglés que significa "Víspera de todos los santos" (All Hallows' Eve), o sea la víspera de la fiesta de Todos los Santos, la fiesta cristiana que pretendió reemplazar la conmemoración pagana del año nuevo de los celtas, los mismos que construyeron Stonehenge en Gran Bretaña y que en realidad eran pueblos variados pero de cultura similar principalmente del nororiente europeo, aunque en diferentes épocas ocuparon otros territorios incluído lo que se llamó Galacia en Asia Menor.
Desde antes de la llegada de los romanos, el 1 de noviembre los celtas celebraban una fiesta de la tierra y la naturaleza, Samain, en la transición entre el verano y el invierno. La víspera ("Oidhche Shamhna") se seguían ciertos ritos y costumbres porque se asumía que espíritus de toda clase circulaban con libertad pues los límites entre el mundo de los muertos y de los vivos se desvanecía, de manera que cosas como comunicarse con ellos ocurrían esa noche. Los sacerdotes celtas, los druidas, recogían las bayas del muérdago y otros elementos mágicos y hacían predicciones sobre el futuro. No en vano se denomina la noche del 31 de octubre "la noche de las brujas", pues aún hoy es una noche en que brujos y amigos del satanismo se reúnen por considerarla especialmente apta para sus infames quehaceres. El árbol sagrado de los celtas era el roble.
La época del año que se avecinaba, el invierno, era de escasez de alimentos y de muerte de la naturaleza. Según las leyesdas celtas, esa noche quienes habían muerto en el año retornaban y en muchos casos debían ser guiados al otro mundo, a veces utilizando nabos huecos (se discute si los celtas usaban calabazas). Se encendían hogueras al aire libre y todo el pueblo participaba dejando las casas a oscuras y frías para que los espíritus no las encontraran agradables para permanecer en ellas, por eso también se hacían reuniones ruidosas para que no creyeran que iban a encontrar tranquilidad, a más de que se dejaba comida en las puertas para que -en últimas- los espíritus no tuvieran que entrar si tenían hambre.
También espíritus malignos, brujas y duendes andaban por ahí, de modo que se tallaban caras espantosas en nabos para ahuyentarlos, si bien para mayor seguridad y con el fin de engañarlos las personas se disfrazaban o se pintaban la cara, pues podían intentar entrar en ellos.
Las hogueras ardían y, en ocasiones, algunas personas eran incineradas en ellas como sacrificio. En lo que hoy es Irlanda, estas hogueras que ardían en lugar de los fuegos caseros, comenzaban con antorchas provenientes del fuego sagrado de los celtas en un sitio de ese país. Los celtas arrojaban en las hogueras los huesos del ganado sacrificado para la festividad, de aquí que en inglés hoguera se diga "bonfire" de "bone" (hueso) y "fire" (fuego).
Con la llegada de los romanos, los sacrificios humanos dejaron de usarse en favor de la quema de efigies alrededor del siglo I de nuestra era, y el 31 de octubre se mezcló con otras fiestas y costumbres de aquellos, como fue la fiesta a Pomona del mismo día, la diosa de los frutos y los árboles, cuyo símbolo es una manzana (por eso con el tiempo en halloween se pedían manzanas y se juega a coger esos frutos con la boca en barriles con agua) o la de feralia, la cual aunque es del 21 de febrero, contiene elementos afines por conmemorar a los espíritus de los muertos (o manes según la mitología romana; Feralia era la parte pública de las festividades a los manes. Parentalia el 13 de febrero, era la parte privada y se orientaba a los parientes. Entre el 13 y el 21 de febrero, de hecho, se seguía toda una serie de ritos y hábitos en honor a los muertos): por ejemplo, una de las costumbres en Feralia era llevar alimentos a las tumbas de los seres queridos.
Alrededor del siglo IX la iglesia estableció la fiesta de todos los santos el 1 de noviembre, y la de todas las almas el día siguiente (Día de los Difuntos), conforme una regla papal totalmente lógica de no ordenar simplemente la desaparición de las costumbres paganas (lo cual causaba enorme resistencia en el pueblo ignorante) sino reemplazarlas con prácticas más cristianas con el fin de hacerlas desaparecer con el tiempo; la estrategia tuvo éxito completo en otras festividades, pero en halloween no se logró todo lo que se perseguía, tal vez porque halloween era un festival, mientras que Todos los Santos es una conmemoración más pasiva, así que las dos cosas se mezclaron. Por ejemplo, se pretendía que la gente se disfrazara de santos y ángeles, pero algunos no dejaron de disfrazarse de otras cosas como ocurre aún hoy en día.
El significado del "triki triki halloween..."
Por desgracia, los medios de comunicación nos bombardean con el sonsonete de "triki, triki, halloween.. etc." y muchos lo han tomado por una tonada infantil inofensiva.. "Triki" tiene origen en "trick or treat" ("Trick'O'Treating"), esto es, "truco (broma) o trato".
Hace muchos años en Bretaña (luego de algunos siglos de cristianismo), el día de los difuntos los pobres solicitaban comida y las amas de casa les entregaban unos pasteles a cambio de sus oraciones por los parientes difuntos. La denominación de esos pasteles era "soulcakes". Con posterioridad, los niños comenzaron a jugar a pordioseros e iban de casa en caso solicitando manzanas, dinero o regalitos como cintas. En la época de los pioneros en lo que serían los Estados Unidos, los niños comenzaron a utilizar la costumbre de pedir cosas a cambio de no hacer bromas, hábito que solamente se generalizó en el siglo XIX.
El origen mítico de la costumbre es la leyenda de que las hadas que también salían en la noche del 31 de octubre a veces se disfrazaban de pordioseros y pedían limosna. Quienes les daban algo, como comida, eran recompensados; quienes les cerraban la puerta, recibían sorpresas desagradables. Las hadas no eran necesariamente buenas, porque estaban molestas con los hombres por haber entrado a sus territorios y ocuparlos, de modo que los regalos que se entregaban era una especie de negociación con el mal. Por tanta nada de cantar triki triki, sino como "quiero paz, quiero amor, quiero dulces por montón", o un estribillo totalmente distinto.
El significado de la actual calabaza con una luz adentro
El origen es un cuento irlandés que se repite en otras culturas y, como toda tradición, tiene variantes, aunque las lñineas básicas son relativamente uniformes en todas partes (en Colombia puede leerse una versión en "A la diestra de Dios Padre" de Tomás Carrasquilla). En síntesis, el cuento tiene que ver con un tal Jack que desde niño se dedicó a la pereza y a ejercitar su inteligencia en los juego de azar, sin que en toda su vida hubiera hecho enemigos ni tampoco un solo acto bueno.
Cuando llegó la hora de su muerte, la noche de halloween, llegó el diablo a buscarlo. Jack le jugó una mala pasada poniéndolo preso. Lo liberó únicamente con la promesa de otorgarle otro año de vida -en algunas versiones, la promesa fue que no volviera a intentar llevárselo nunca más o era la muerte la que había sido atrapada por el protagonista de la historia-. Jack, a punta de engaños, logró prolongar su estadía en el mundo otros años adicionales.
Sin embargo, un día de halloween la muerte tomó a Jack por sorpresa. Jack caminó en alma al cielo pero San Pedro no lo dejó entrar porque no había hecho acto bueno alguno. Cuando fue al infierno, el diablo tampoco lo dejó entrar porque estaba cansado de sus trucos. Cuando Jack se puso a llorar en vista de que iba a tener que deambular de un lado a otro para siempre, el diablo le arrojó un carbón encendido para que le sirviera de linterna, que Jack metió en un nabo hueco como el de los celtas. Con ella, Jack ilumina su camino todavía buscando un sitio para descansar (algunos atribuyen la calabaza a una innovación de la tradición por parte de los colonizadores en américa del norte, porque en Irlanda se usaban nabos según el uso celta). Se dice que Jack aparece de vez en cuando la noche de halloween.
Como se ve, es un cuento perverso que somete el mal a la inteligencia humana, cuando lo cierto es que al mal lo somete el poder de Dios, nada más. El hombre carece de poder para jugar con el diablo. Justamente una de las triquiñuelas típicas del maligno es hacer creer a quienes transan con él que pueden manejar la situación y salir ganadores, y ni hablar de que es absurdo esperar que el diablo cumpla sus promesas. Tampoco nadie se mueve entre el cielo y el infierno como pretende el cuento. Como se lee en San Lucas acerca de la suerte del rico una vez muerto en la historia del rico y el pobre Lázaro:
"Estando en el infierno (en el Hades), en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. Entonces gritó: “Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas.” Abraham le respondió: “Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos. Además, entre ustedes y nosotros hay un abismo tremendo, de tal manera que los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no puedan hacerlo, y tampoco lo puedan hacer del lado de ustedes al nuestro.”" (Lucas 16, 23-26)
Además, un solo acto bueno no hace al hombre justo a los ojos de Dios. Es la entrega completa de Dios al hombre lo que lo hace merecedor del descanso eterno. De lo contrario, el criminal mas sanguinario se salvaría con hacer de vez en cuando obras en favor de los pobres. Dice el Apocalipsis:
"Escribe al ángel de la Iglesia de Sardes: Así habla el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; te creen vivo, pero estás muerto. Despiértate y reanima lo que todavía no ha muerto, pues tus obras me parecen muy mediocres a la luz de Dios. Recuerda lo que recibiste y oíste, ponlo en práctica y arrepiéntete. Porque si no te mantienes despierto vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te sorprenderé. " (Apocalipsis 3, 1-3)
Dios nos pide que creamos que Jesucristo es su Hijo y que lo proclamemos. Desde esa Fe, es que se producen las obras que valen, pero no aisladamente, sino porque son frutos del amor hacia Dios.
"Doy gracias sin cesar a mi Dios al recordarte en mis oraciones, pues oigo alabar el amor y la fe que te animan tanto hacia el Señor como en beneficio de los santos. Ojalá esa fe se vea en las obras y manifieste todo lo bueno que tenemos en Cristo. " (Filemón 1, 4-6)
El cristiano debe lleva la vida que conviene, porque
"Si el justo se salva a duras penas, ¿dónde se presentarán el pecador y el impío?" (1 Pedro 4, 18)

Lecturas complementarias: