El comportamiento de un cristiano
Está
dicho con toda dureza en el Apocalipsis:
"Felices los que lavan sus ropas, porque así
tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad.
Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y
todos los que aman y practican la mentira." (Apocalipsis 22, 14-15)
Desde
el Antiguo Testamento, Dios advierte que no deben imitarse a los paganos que
promueven lo diabólico, y sí en cambio hay que entender que Dios ha dado cosas diferentes
(Deuteronomio 18, 9-14). En la noche del 31 de octubre evite el simbolismo
estrechamente asociado a lo pagano.
Halloween
es un evento satánico, no hay que dar rodeos. No es "neutro", porque
el mal no es neutro. Es necesario que usted tenga claro de qué se trata. Si
usted piensa en ese día para algo especial con los niños, no lo llame
"Halloween", sino de otra manera. Y explíqueles a los niños de qué se
trata, con el fin de que tenga claro que debe evitarse esa noche. No enseñe a
los niños que el mal es un juego, acláreles por el contrario las cosas y no
deje que se disfracen de nada diabólico.
"Al que haga caer a uno de estos pequeños que
creen en mí, mejor le sería que le amarraran al cuello una gran piedra de moler
y que lo hundieran en lo más profundo del mar." (Mt 18, 6)
No
voy a decir que usted no haga algo especial con los niños la noche del 31 de
octubre, pero sí le sugiero que evite simbología macabra que atraiga a los
niños hacio lo malvado, y en su lugar use elementos tales que sea una celebración
infantil, no de otro tipo. Es decir NO celebre halloween, sino que haga algo
que no tenga nada que ver con esa fiesta pagana. Los disfraces que sean
infantiles de verdad, con el rostro descubierto si es posible. Hay quienes
sostienen que disfrazarse es diabólico, pero no olviden que el problema no es
un disfraz sino lo que se hace con este; en este sentido, en el Nuevo
Testamento, el término en griego que usa San Pablo al decir que los servidores
del diablo y Satanas mismo se disfrazan , es el mismo término que en sentido
positivo está en Filipenses 3, 21 (lo que critica Pablo es cambiar solamente en
apariencia, no de fondo, o de mostrarse como no se es para engañar y hacer
daño).
Sea enfático con los niños: ninguna fuerza maligna
los puede tocar
Los
niños son muy susceptibles. Hágales entender que lo maligno no los puede tocar
porque Jesús es más poderoso. Jesús mismo lo dice:
"Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco.
Ellas me siguen, y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las
arrebatará jamás de mi mano. Aquello que el Padre me ha dado lo superará
todo, y nadie puede arrebatarlo de la mano de mi Padre. Yo y el Padre
somos una sola cosa.” (Juan 10, 27-30)
Usted
mismo interiorice esta convicción y deje de pensar en que cualquier bobada
podrá afectar su alma. Esa forma de pensar es signo de debilidad, y si usted la
transmite a los niños los volverá débiles, y además propicia que las personas
se excusen en otros para cometer sus propias maldades (" es que el diablo
me hizo hacer tal o cual cosa..." dicen algunos para excusas su conducta).
No olvide esto: cada quien responde por lo que hace (Romanos 2, 6).
Sea conciente de que halloween es un día en que hay
que tener cuidado
El origen de "halloween"
Hay
dos noches especiales para la brujería: el 30 de abril y el 31 de octubre.
Ambas noches corresponden a celebraciones celtas. La primera es la noche de
walpurgis ("Beltaine" era la fiesta celta del día siguiente), la
segunda -más mentada- es halloween.
La
palabra halloween es una contracción de una frase en inglés que significa
"Víspera de todos los santos" (All Hallows' Eve), o sea la víspera de
la fiesta de Todos los Santos, la fiesta cristiana que pretendió reemplazar la
conmemoración pagana del año nuevo de los celtas, los mismos que construyeron
Stonehenge en Gran Bretaña y que en realidad eran pueblos variados pero de
cultura similar principalmente del nororiente europeo, aunque en diferentes
épocas ocuparon otros territorios incluído lo que se llamó Galacia en Asia
Menor.
Desde
antes de la llegada de los romanos, el 1 de noviembre los celtas celebraban una
fiesta de la tierra y la naturaleza, Samain, en la transición entre el verano y
el invierno. La víspera ("Oidhche Shamhna") se seguían ciertos ritos
y costumbres porque se asumía que espíritus de toda clase circulaban con
libertad pues los límites entre el mundo de los muertos y de los vivos se
desvanecía, de manera que cosas como comunicarse con ellos ocurrían esa noche.
Los sacerdotes celtas, los druidas, recogían las bayas del muérdago y otros
elementos mágicos y hacían predicciones sobre el futuro. No en vano se denomina
la noche del 31 de octubre "la noche de las brujas", pues aún hoy es
una noche en que brujos y amigos del satanismo se reúnen por considerarla
especialmente apta para sus infames quehaceres. El árbol sagrado de los celtas
era el roble.
La
época del año que se avecinaba, el invierno, era de escasez de alimentos y de
muerte de la naturaleza. Según las leyesdas celtas, esa noche quienes habían
muerto en el año retornaban y en muchos casos debían ser guiados al otro mundo,
a veces utilizando nabos huecos (se discute si los celtas usaban calabazas). Se
encendían hogueras al aire libre y todo el pueblo participaba dejando las casas
a oscuras y frías para que los espíritus no las encontraran agradables para
permanecer en ellas, por eso también se hacían reuniones ruidosas para que no
creyeran que iban a encontrar tranquilidad, a más de que se dejaba comida en
las puertas para que -en últimas- los espíritus no tuvieran que entrar si
tenían hambre.
También
espíritus malignos, brujas y duendes andaban por ahí, de modo que se tallaban
caras espantosas en nabos para ahuyentarlos, si bien para mayor seguridad y con
el fin de engañarlos las personas se disfrazaban o se pintaban la cara, pues
podían intentar entrar en ellos.
Las
hogueras ardían y, en ocasiones, algunas personas eran incineradas en ellas
como sacrificio. En lo que hoy es Irlanda, estas hogueras que ardían en lugar
de los fuegos caseros, comenzaban con antorchas provenientes del fuego sagrado
de los celtas en un sitio de ese país. Los celtas arrojaban en las hogueras los
huesos del ganado sacrificado para la festividad, de aquí que en inglés hoguera
se diga "bonfire" de "bone" (hueso) y "fire"
(fuego).
Con
la llegada de los romanos, los sacrificios humanos dejaron de usarse en favor
de la quema de efigies alrededor del siglo I de nuestra era, y el 31 de octubre
se mezcló con otras fiestas y costumbres de aquellos, como fue la fiesta a
Pomona del mismo día, la diosa de los frutos y los árboles, cuyo símbolo es una
manzana (por eso con el tiempo en halloween se pedían manzanas y se juega a
coger esos frutos con la boca en barriles con agua) o la de feralia, la cual
aunque es del 21 de febrero, contiene elementos afines por conmemorar a los
espíritus de los muertos (o manes según la mitología romana; Feralia era la
parte pública de las festividades a los manes. Parentalia el 13 de febrero, era
la parte privada y se orientaba a los parientes. Entre el 13 y el 21 de
febrero, de hecho, se seguía toda una serie de ritos y hábitos en honor a los
muertos): por ejemplo, una de las costumbres en Feralia era llevar alimentos a
las tumbas de los seres queridos.
Alrededor
del siglo IX la iglesia estableció la fiesta de todos los santos el 1 de
noviembre, y la de todas las almas el día siguiente (Día de los Difuntos),
conforme una regla papal totalmente lógica de no ordenar simplemente la
desaparición de las costumbres paganas (lo cual causaba enorme resistencia en
el pueblo ignorante) sino reemplazarlas con prácticas más cristianas con el fin
de hacerlas desaparecer con el tiempo; la estrategia tuvo éxito completo en
otras festividades, pero en halloween no se logró todo lo que se perseguía, tal
vez porque halloween era un festival, mientras que Todos los Santos es una
conmemoración más pasiva, así que las dos cosas se mezclaron. Por ejemplo, se
pretendía que la gente se disfrazara de santos y ángeles, pero algunos no
dejaron de disfrazarse de otras cosas como ocurre aún hoy en día.
El significado del "triki triki
halloween..."
Por
desgracia, los medios de comunicación nos bombardean con el sonsonete de
"triki, triki, halloween.. etc." y muchos lo han tomado por una
tonada infantil inofensiva.. "Triki" tiene origen en "trick or
treat" ("Trick'O'Treating"), esto es, "truco (broma) o
trato".
Hace
muchos años en Bretaña (luego de algunos siglos de cristianismo), el día de los
difuntos los pobres solicitaban comida y las amas de casa les entregaban unos
pasteles a cambio de sus oraciones por los parientes difuntos. La denominación
de esos pasteles era "soulcakes". Con posterioridad, los niños
comenzaron a jugar a pordioseros e iban de casa en caso solicitando manzanas,
dinero o regalitos como cintas. En la época de los pioneros en lo que serían
los Estados Unidos, los niños comenzaron a utilizar la costumbre de pedir cosas
a cambio de no hacer bromas, hábito que solamente se generalizó en el siglo
XIX.
El
origen mítico de la costumbre es la leyenda de que las hadas que también salían
en la noche del 31 de octubre a veces se disfrazaban de pordioseros y pedían
limosna. Quienes les daban algo, como comida, eran recompensados; quienes les
cerraban la puerta, recibían sorpresas desagradables. Las hadas no eran
necesariamente buenas, porque estaban molestas con los hombres por haber
entrado a sus territorios y ocuparlos, de modo que los regalos que se
entregaban era una especie de negociación con el mal. Por tanta nada de cantar
triki triki, sino como "quiero paz, quiero amor, quiero dulces por montón",
o un estribillo totalmente distinto.
El significado de la actual calabaza con una luz
adentro
El
origen es un cuento irlandés que se repite en otras culturas y, como toda
tradición, tiene variantes, aunque las lñineas básicas son relativamente
uniformes en todas partes (en Colombia puede leerse una versión en "A la
diestra de Dios Padre" de Tomás Carrasquilla). En síntesis, el cuento
tiene que ver con un tal Jack que desde niño se dedicó a la pereza y a
ejercitar su inteligencia en los juego de azar, sin que en toda su vida hubiera
hecho enemigos ni tampoco un solo acto bueno.
Cuando
llegó la hora de su muerte, la noche de halloween, llegó el diablo a buscarlo.
Jack le jugó una mala pasada poniéndolo preso. Lo liberó únicamente con la
promesa de otorgarle otro año de vida -en algunas versiones, la promesa fue que
no volviera a intentar llevárselo nunca más o era la muerte la que había sido
atrapada por el protagonista de la historia-. Jack, a punta de engaños, logró
prolongar su estadía en el mundo otros años adicionales.
Sin
embargo, un día de halloween la muerte tomó a Jack por sorpresa. Jack caminó en
alma al cielo pero San Pedro no lo dejó entrar porque no había hecho acto bueno
alguno. Cuando fue al infierno, el diablo tampoco lo dejó entrar porque estaba
cansado de sus trucos. Cuando Jack se puso a llorar en vista de que iba a tener
que deambular de un lado a otro para siempre, el diablo le arrojó un carbón
encendido para que le sirviera de linterna, que Jack metió en un nabo hueco
como el de los celtas. Con ella, Jack ilumina su camino todavía buscando un
sitio para descansar (algunos atribuyen la calabaza a una innovación de la
tradición por parte de los colonizadores en américa del norte, porque en
Irlanda se usaban nabos según el uso celta). Se dice que Jack aparece de vez en
cuando la noche de halloween.
Como
se ve, es un cuento perverso que somete el mal a la inteligencia humana, cuando
lo cierto es que al mal lo somete el poder de Dios, nada más. El hombre carece
de poder para jugar con el diablo. Justamente una de las triquiñuelas típicas
del maligno es hacer creer a quienes transan con él que pueden manejar la
situación y salir ganadores, y ni hablar de que es absurdo esperar que el
diablo cumpla sus promesas. Tampoco nadie se mueve entre el cielo y el infierno
como pretende el cuento. Como se lee en San Lucas acerca de la suerte del rico una
vez muerto en la historia del rico y el pobre Lázaro:
"Estando en el infierno (en el Hades), en
medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a
Lázaro con él en su regazo. Entonces gritó: “Padre Abraham, ten piedad de mí, y
manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua,
porque me atormentan estas llamas.” Abraham le respondió: “Hijo, recuerda que
tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males.
Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos. Además, entre ustedes
y nosotros hay un abismo tremendo, de tal manera que los que quieran cruzar
desde aquí hasta ustedes no puedan hacerlo, y tampoco lo puedan hacer del lado
de ustedes al nuestro.”" (Lucas 16, 23-26)
Además,
un solo acto bueno no hace al hombre justo a los ojos de Dios. Es la entrega
completa de Dios al hombre lo que lo hace merecedor del descanso eterno. De lo
contrario, el criminal mas sanguinario se salvaría con hacer de vez en cuando
obras en favor de los pobres. Dice el Apocalipsis:
"Escribe al ángel de la Iglesia de Sardes: Así
habla el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco
tus obras; te creen vivo, pero estás muerto. Despiértate y reanima lo que
todavía no ha muerto, pues tus obras me parecen muy mediocres a la luz de Dios.
Recuerda lo que recibiste y oíste, ponlo en práctica y arrepiéntete. Porque si
no te mantienes despierto vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te
sorprenderé. " (Apocalipsis 3, 1-3)
Dios
nos pide que creamos que Jesucristo es su Hijo y que lo proclamemos. Desde esa
Fe, es que se producen las obras que valen, pero no aisladamente, sino porque
son frutos del amor hacia Dios.
"Doy gracias sin cesar a mi Dios al recordarte
en mis oraciones, pues oigo alabar el amor y la fe que te animan tanto hacia el
Señor como en beneficio de los santos. Ojalá esa fe se vea en las obras y
manifieste todo lo bueno que tenemos en Cristo. " (Filemón 1, 4-6)
El
cristiano debe lleva la vida que conviene, porque
"Si el justo se salva a duras penas, ¿dónde se
presentarán el pecador y el impío?" (1 Pedro 4, 18)
Lecturas complementarias: